jueves, 7 de septiembre de 2017

LA ENVIDIA Y LAS CONSECUENCIAS

 LA ENVIDIA Y LAS CONSECUENCIAS 


La amargura Es parte de la Envidia y es un cinismo rencoroso que se traduce en una intensa discordia o aversión hacia los demás. 

La Escritura nos dice: 

Efesios 4:31-32
"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia". Y a continuación nos dice cómo lidiar con esa amargura y sus frutos, siendo "benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como YAHWEH también os perdonó a vosotros en el Mesias " 

Como adjetivo, la palabra amargo significa "afilado como una flecha o picante al gusto, desagradable, venenoso". 

La amargura se refiere a un estado mental o emocional que corroe o "carcome". La amargura puede afectar a alguien que experimenta una profunda tristeza o cualquier cosa que actúa sobre la mente, de la misma forma como el veneno actúa sobre el cuerpo. 
La amargura es ese estado mental que intencionalmente se aferra a los sentimientos de enojo, listo para ofenderse, capaz de estallar en ira en cualquier momento.

Y LA ENVIDIA ES UNA DE ELLOS

VEAMOS LO QUE PASO CON EL MISMO SALVADOR

Mateo 27:17-18
Así que cuando la gente se había reunido, Pilatos les dijo: "¿A quién quieren que ponga en libertad? ¿Bar-Abba o Yahshúa, llamado el Mesias?". Porque él entendía que por envidia le habían entregado. 

Esto no es nuevo para nosotros, todos sabemos que esto pasó con Yahshua.

El problema no era que Yahshua enseñaba "otra doctrina", el problema era que Yahshua hacía tantas señales, sanidades y prodigios que prácticamente era imposible pensar que Él NO fuese quien decía ser. 

Los líderes políticos y religiosos vieron que Yahshua era una gran amenaza para sus "puestos"; NADIE tenía lo que EL tenia, así que... 
debían eliminarlo.

Este es un triste caso más de cómo la envidia mata. 
A nuestro Salvador lo mataron por envidia.

Lo mismo hizo  Cain con Abel. 

La envidia tiene el poder de sacar la vida y por esto es que debemos tener muchísimo cuidado con ella. La envidia mata, porque trae odio, y el odio en la mente ya es muerte, dijo Yahshua. 

1 Juan 2:9-11
El que dice que está en la luz y odia a su hermano, está en tinieblas todavía. El que ama a su hermano permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que odia a su hermano está en tinieblas y anda en tinieblas; y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 

La persona envidiosa no puede ver que su prójimo, sus amigos, parientes o gente próxima a ella PROSPERE O LE VAYA BIEN. Siente tanto malestar dentro de sí que se vuelve una tortura mental ver a otros progresar, avanzar, salir exitosos cuando él o ella no consiguen lo mismo. 
Y esto es válido especialmente cuando la competencia es en la belleza, en las finanzas, en el aspecto intelectual, en el plano de armonía física, en la prosperidad financiera... 

Pero no sólo allí está la envidia; también está en la congregación, y como muchos creyentes aprendieron a ser tan hipócritas, a veces no se nota. 
La envidia se disfraza, entonces no se nota. 
Lastimosamente, a veces la congregación está llena de envidiosos.

Estos trabajan "por debajo" para desacreditar a aquellos a quienes envidian.
Envidian a los hermanos su posición de liderazgo, envidian sus dones, envidian la manera en que Elohim los usa, envidian su desenvolvimiento en la congregación, envidian el carisma que tienen...
 y están al asecho, para esperar el momento oportuno de hundirlos.

Filipenses 1:15
Algunos, a la verdad, predican al Mesias por envidia y rivalidad; pero otros lo hacen de buena voluntad. 

Filipenses trata de personas que predican al Mesias por interés propio. A pesar de esto, Shaúl expresa su gozo porque aun así el Salvador es dado a conocer.

Galatas 5:25-26
Ahora que vivimos en el espíritu, andemos en el espíritu. No seamos vanidosos, irritándonos unos a otros y envidiándonos unos a otros. 

Muchos andan por ahí justificándose detrás de un "celo ministerial", y déjenme decir que tal cosa no existe. 

El tal CELO MINISTERIAL es un demonio de envidia disfrazado de celo por las cosas de YAHWEH. 
Ya anduvo por la historia, una vez se disfrazó de Inquisición, otra de persecución... 
no importan los lados, siempre es un bando IMPONIENDO su punto de vista por la fuerza, a los golpes, sobre el otro. 

Juan 16:2-3
Los expulsarán de las sinagogas, y hasta viene un tiempo cuando cualquiera que los mate pensará que le presta un servicio a YAHWEH. Pero ellos harán eso porque no conocen ni al Padre ni a mí. 

¿Por qué Yahshua diría que los que persiguen a otros por motivos de NO ESTAR DE ACUERDO CON SUS CREENCIAS NO CONOCEN AL PADRE NI A YAHSHUA MISMO? 

PORQUE NO TIENEN AMOR, como ya dijimos, el que lastima y persigue a su hermano está con odio en el corazón, y eso es transgredir el mandamiento. Entonces, 
¿cuál termina siendo el mayor pecado? 

Todos tenemos un grado de envidia, a no ser que comprendamos perfectamente cuál es nuestra posición en Yahshua y sepamos perfectamente quiénes somos, cuál es nuestro llamado, hacia dónde vamos y cuáles son los tiempos de YAHWEH para nuestras vidas, y que entendamos que los demás también tienen los suyos, y los respetemos, no que los envidiemos.

Romanos 14:4
¿Quién eres tú para juzgar al siervo ajeno? Es asunto de su Dueño si sigue en pie o cae; pero se mantendrá firme, porque poderoso es YAHWEHpara afirmarlo. 

Por ejemplo: la madre envidiosa. 
Esta madre envidia al hijo de la vecina que tiene mejores calificaciones, que tiene mejor ropa, que ha logrado más progreso, que ha alcanzado más que su propio hijo. 
Esta madre estará esperando el momento oportuno para desacreditar al hijo de su vecina. Sin falta encontrara poco o mucho que criticar de él.

Muchos envidian los matrimonios felices de otros, 
envidian su salud, 
envidian sus cuentas bancarias, 
y en el fondo lo que desean con esto es que los demás desaparezcan. 
Por esto es que la envidia mata.

Cuando uno no tiene hijos sanos, 
o no tiene recursos, 
o cree que le falta esto o aquello, 
y no tiene una adecuada perspectiva de su situación, ni confía PLENAMENTE en YAHWEH, 
la envidia y la amargura por esta situación se podrían volver torturantes.

Hay cosas IMPOSIBLES DE SOBRELLEVAR con malas actitudes. Pero sin embargo yo misma he visto a padres con hijos con muchos problemas de salud, que no sólo han salido adelante, sino que esa "enfermedad" les ha resultado en bendición. 

No así con la envidia. 
Cuando todo le va saliendo bien a nuestro vecino, 
a nuestro pariente, 
a nuestro amigo, 
Comenzamos a pensar: 
"¿Y a mí, por qué no me pasa lo mismo? 
¿Por qué a ellos les va bien y yo sigo en el hoyo? 
¿Que tiene él o ella que yo no tenga? 

Esa persona no se lo merece; 
yo me merezco todo eso, 
¡porque yo lo he procurado!".

Esos pensamientos nos asaltan una y otra vez. 
Lo mismo ocurre en la congregación cuando creemos que YAHWEH bendice inmerecidamente a otros en lugar de nosotros.
Entonces el veneno comienza a fluir en nuestros corazones en forma de palabras y hechos.

En el peor de los casos cuando envidiamos a otros nos mostramos hostiles, 
discutimos con ellos, 
o le mostramos indiferencia congelada, 
y les hacemos la vida muy difícil si es que podemos. 
Les hacemos ver cuán molestos son para nosotros.

Pero esto no es lo más común. Lo más común es que actuemos como los fariseos hipócritas del tiempo de Yahshua. Muy por dentro estamos atormentados porque ellos (los bendecidos) tienen el reconocimiento, la posición o los talentos que nosotros "deberíamos" haber tenido. 
Lo terrible es que la carne NUNCA admitirá eso.

Nos sentimos como si YAHWEH hubiera hecho una gran injusticia con nosotros por no darnos lo que nos merecemos. 
En verdad, no nos damos cuenta que con nuestras actitudes, estamos acusando a YAHWEH más que a la persona a la que envidiamos.

Aparte de esto, comenzamos a hacer planes para hundirlos, desacreditarlos frente a los demás y si es posible dejar su reputación por el piso. 
A veces sin querer, tenemos un plan para vengarnos, que sólo debe madurar bien en nuestras mentes para llevarlo a cabo.

Sin embargo muchas veces nos damos cuenta de que ardemos de envidia y sabemos que eso es malo, pero, como no aceptamos que estamos en pecado, de alguna manera justificamos la envidia y nos convencemos a nosotros mismos de que eso que estamos sintiendo es algo inofensivo. 

Tratamos de amasarlo y esconderlo debajo de la cama, pero simplemente estamos reprimiendo nuestros sentimientos y con el tiempo eso trae muchos problemas de Salud tanto fisica como mentalmente, para eso tenemos a Yahshua nuestro Salvador que vivio en carne propia todas estas cualidades y nos comprende y nos ayuda si le pedimos de corazon que queremos cambiar

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes. 

Galatas 5:19-21
Estas son: fornicación, impureza, desenfreno, idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, ira, contiendas, disensiones, partidismos, envidia, borracheras, orgías y cosas semejantes a éstas, de las cuales les advierto, como ya lo hice antes, que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de YAHWEH. 

Aquí es claro que los envidiosos no heredarán el reino de Elohim. Sea poca o mucha la envidia que sintamos, ésta nos excluirá del reino de YAHWEH.

La envidia, una vez que ha echado raíces en nuestro corazón puede hacernos los seres más despreciables de este mundo. 

La envidia pone una venda sobre nuestros ojos que impide que podamos reconocer que somos personas únicas, con un destino y propósitos únicos de Elohim para nuestras vidas. La envidia no nos permite DAR GRACIAS A YAHWEH POR LO QUE NOS HA DADO, porque no hemos aprendido aún a gozarnos en nuestras tribulaciones, porque no hemos separado la carne del Espiritu. La que se queja, la que reclama, la que se resiente es siempre la carne. 

El Espiritu, por el contrario, se goza y alaba porque sabe que está siendo edificado. Como la carne está siempre mirando a los demás, no podemos descubrir lo que YAHWEH tiene para nosotros, ni desarrollarnos como YAHWEH quisiera. 

Él tiene un plan para cada uno de nosotros, necesitamos permitir que NOS TRABAJE. 

Lamentablemente, no trabajará en nuestro viejo hombre. Debemos salirnos de él y permitir hacer crecer nuestro nuevo hombre, sin envidias ni otras malas hierbas.

2 Pedro 2:1
Por consiguiente, despójense de toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidia, y de todas las palabras malignas... 

La palabra de YAHWEH NOS ORDENA que desechemos (resistamos, excluyamos, echemos fuera, nos despojemos, expulsemos, eliminemos, toda envidia y sus compañeros: engaño, hipocresía, maledicencia, malicia, ya que el envidioso tiene todos estos vicios. 

La envidia NUNCA viene sola, trae a sus compañeros peores que ella consigo. 

Deseos internos muy guardados que no se han satisfecho. Muchas frustraciones. 
Falta de amor recibido, que bloquea la forma de darlo. Probables maltratos infantiles, tanto físicos como verbales. 
Mucho dolor sin consuelo. Heridas que no han sido sanadas ni entregadas en plenitud a Yahshua para que las sane. 

Las heridas del pasado están en nuestro viejo hombre, y Yahshua nos dice que salgamos de él para que nos revistamos del nuevo hombre, que no tiene esas heridas ni esos dolores ni envidias, ni resentimientos, sino que ESTÁ LIMPIO PARA QUE COMENCEMOS DE CERO SIN ESAS COSAS. 

Todos esos traumas nos llevan a querer SER OTRA PERSONA. 
A querer lo que otro tiene o es, porque desde afuera siempre parece mucho mejor la vida de los demás. 

La carne se convence de que "si" las cosas hubieran sido diferentes, habríamos brillado, seríamos todo eso que envidiamos. 

La carne siempre tiene fantasías de "lo que podría ser", inclusive fantasea con malos presagios y vive en ansiedades 
"Y si pasa tal cosa o la otra?". 

Pero en verdad, la carne rechaza toda situación en la cual el Padre nos coloca para que seamos disciplinados 
NO CASTIGADOS, DISCIPLINA NO ES CASTIGO
a fin de crecer en Nuestro Salvador. 

La envidie Tambien se centra en las cosas materiales que los otros tienen. Normalmente viene de una vida de carencias, una infancia en la que no pudimos tener lo que los otros niños tenían, y esto puede implicar muchas cosas, desde juguetes hasta ropa y comida, una familia estable, un futuro, cosas que imaginamos son necesarias 
"porque desde afuera se ven tan bien". 

Sin embargo, a veces envidiamos tener las cosas del vecino rico, y sus vidas son más amargadas que la nuestra. Sobre todo cuando los demás no tienen a YAHWEH.

Cuando reconozcamos que lo que deseamos o ambicionamos es sólo producto de la carne, ya habremos vencido la primera batalla. 
Tal vez lo que estemos anhelando muy ardientemente no nos haga falta, entonces tenemos que estar dispuestos a CAMBIAR Y AGRADECER POR LO QUE TENEMOS

Otra raíz de la envidia está en la desconfianza en YAHWEH. Pensamos que YAHWEH no tiene buenas intenciones para con nosotros. Por supuesto, NO NOS ATREVEMOS A EXPRESARLO DE ESTA MANERA DE FORMA DIRECTA. 

Pero nuestros sentimientos, pensamientos y actitudes indican que en el fondo sí lo creemos. Pensamos que YAHWEH favorece a los que NO lo merecen. 

Pensamos que Él tiene una intención oculta con nosotros, que juega con nosotros.
Nos comparamos con los demás y nos irrita, nos arde y nos amarga ver cómo ellos son bendecidos y nosotros no. Pensamos: "Definitivamente YAHWEH no es justo conmigo. 

¿Por qué a otros da tantos dones y cosas materiales y a mí no? ¿Por qué no me da a mí ese cargo que dio a otro, SI YO LO MEREZCO MÁS? 

Hasta los impíos están más prosperados que yo, que tengo un Padre que es Rey y sigo siendo miserable...
Salmos 73:2-3
".Pero yo, por poco doy un mal paso; poco faltó para que resbalaran mis pies; porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los malvados.

YAHWEH tiene muy buenos pensamientos para cada uno de sus hijos. Él enseña, ayuda y guía a cada hijo suyo según Su sabiduría. 
Él no le da los mismos dones a todos.

Lo mejor para nosotros YA NOS LO HA DADO. 

Hemos recibido la salvación y la vida eterna de Nuestro Salvador, PERO TAMBIÉN HEMOS RECIBIDO MÁS COSAS EN ESE REGALO: 
UN NUEVO HOMBRE, CON UN CORAZÓN NUEVO Y UN NUEVO ESPIRITU PARA CONECTARNOS CON ÉL, Y TODOS LOS DONES DEL ESPIRITU QUE NECESITAMOS PARA CRECER. 

Con todo, DEBEMOS ABRIR LA CAJA Y USARLOS. Lo lamentable es que la mayoría deja la caja cerrada: ENTIERRA LOS TALENTOS, y se dispone a observar a los que sí abren sus cajas y los desarrollan. 

No debemos envidiar los talentos de los demás: nos basta desarrollar los que Él nos dio, porque son perfectos. 

Es hora de que seamos honestos en nuestro interior y veamos cuál es la raíz que motiva nuestros sentimientos (los sentimientos son una de las funciones de la carne, recordemos).

Si creemos que nuestra vida es miserable porque otros tienen mejores oportunidades, estamos diciendo que Él no nos ama, que hace acepción de persona, pero no debemos dudar. 

Porque si dudamos, estamos desconfiando. 
Muchos dicen que no lo hacen, pero sus acciones y más aún, sus frutos, desmienten sus palabras.

Y como muchas veces no nos preocupamos por saber los pensamientos de YAHWEH que son mucho más altos que los nuestros, tal vez nunca podamos entender qué es lo que Él tiene para nosotros, porque NOS NEGAMOS A SER DISCIPLINADOS POR ESAS MISMAS COSAS DE LAS CUALES NOS QUEJAMOS. 
Pidámosle al Padre ahora mismo que nos ayude a confiar ciegamente en Él, a entregarnos en Sus manos, y a desear lo que Él tiene preparado para nosotros.

Y abramos nuestras cajas para descubrir esos dones que Él ya nos ha dado y que son LO QUE QUIERE QUE DESARROLLEMOS 

Muchos se sorprenderán cuando Él les pida cuentas de lo que hicieron con lo que les dejó, porque la mayoría están enterrando su talento. 

Otros tratan de sembrarlo, pero en el viejo hombre, y esa es mala tierra. 
Ahí Satán tiene derecho de pasear y desviar y enceguecer, y los únicos frutos que se producen son los de la carne. 

Yahshua quiere que sembremos esos dones EN EL NUEVO HOMBRE, porque sólo así llegaremos a tener la mente del Mesias.

La Ingratitud
Otras de las raíces fuertes de la envidia es la ingratitud. Tenemos a veces muchas cosas que hemos recibido de YAHWEH que las consideramos como poca cosa, o despreciables o sin valor

Nunca estamos contentos con lo que YAHWEH nos da. 
Siempre la inconformidad nos tortura, porque la carne sólo apreciamos las cosas que se ven, LOS DESEOS DEL MUNDO, y no valoramos las cosas del Espiritu. 

La falta De Amor
La otra raíz de la envidia es la ausencia de amor. 
Donde hay amor no hay envidia. 

1 corintios 13:4-7
El amor siempre busca el bienestar de los demás y se olvida de sí mismo. El amor lo sufre todo.El amor es paciente, 
es bondadoso. El amor no es celoso. El amor no es jactancioso, ni es arrogante. No es grosero, ni es egoísta. No se irrita, ni lleva cuentas del mal. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, 
todo lo espera, todo lo soporta. 

No hay persona que esté llena de amor y sea envidiosa. 
Cuando somos muy propensos a ser envidiosos debemos pedir a YAHWEH que llene nuestro corazón de amor, para que mate esa envidia venenosa que quiere brotar en nuestro ser.

La persona que aprende a caminar en el espiritu es una persona Madura, feliz, donde las cosas de este mundo les son de pocas importancia ya que a aprendido a someterse a YAHWEH y SU HIJO , conoce a YAHWEH y procura la comunión con Él; en este punto ya casi nada de lo terrenal es importante.

EN CAMBIO LAS PERSONAS QUE VIVE DE LA CARNE

Santiago 4:2-3
Codician y no tienen; matan y arden de envidia, pero no pueden obtener. Combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Piden, y no reciben; porque piden mal, para gastarlo en sus placeres. 

No olvidemos que Yahshua vino a romper y a vencer sobre el pecado, y a liberar a los cautivos. 

Su Sacrificio es más que suficiente para purificarnos de todo pecado, pero debemos  estar constatemente en Santidad.

Shaúl dijo:

1 Corintios 9:27
Más bien, pongo mi cuerpo bajo disciplina y lo hago obedecer; no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo venga a ser descalificado. 

¿Por qué debía someter el cuerpo a disciplina? 
Porque aunque Yahshua nos ha salvado, aún no estamos completados. 

Ese es nuestro camino, nuestra limpieza, nuestra santificación, y debe ser un asunto diario, que en algunos comportamientos puede demorar más que en otros, con oracion constate el arma principal 








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